Amistoso
14 de marzo de 1909, a las 16.00
Velódromo de Atotxa, Donostia/San Sebastián

Ciclista Foot–Ball Club

5

Stade Bordelais UC

2

Goleadores

McGuinness 1–0

McGuinness 2–2

Rodríguez 3–2

Simmons 4–2

Rodríguez 5–2

1–1 Ribot

1–2 Arignac

Alineaciones

  • Alfonso Sena
  • Arocena
  • Arrillaga
  • Bea
  • Lacort
  • McGuinness
  • Miguel Sena
  • Rodríguez
  • Simmons
  • Soacart
  • Usandizaga
  • Verdier
  • Lucas
  • Wright
  • Arignac
  • Echeverría
  • Soucas
Árbitro
Sr. Ortega

NOTAS DE SPORT


Foot–ball

Conforme habíamos anunciado, ayer se jugó en el velódromo de Atocha, el gran match de foot–ball, entre los primeros equipos del Stade Bordelais U. Club, y el Ciclista Foot–Ball Club, de San Sebastián.

El partido dio comienzo a las cuatro menos cuarto de la tarde.

A pesar del mal tiempo que reinaba el velódromo se vio muy animado, aunque la lluvia dejó el campo casi intransitable.

El match resultó muy competido.

Los equipos de ambas sociedades, se disputaban el triunfo palmo a palmo, siendo en los primeros momentos difícil predecir cual de los dos
había de vencer.

En el equipo de Burdeos se vió mucha unión, existiendo jugadores de gran empuje, capaces de luchar con el mejor equipo.

Del San Sebastián, no tenemos necesidad de decir lo que es, pues más de una ocasión hemos tenido para ponderar sus cualidades.

El match lo ganó el equipo de San Sebastián, que se apuntó cinco goals, contra dos el de Burdeos.

El partido terminó a las seis menos cuarto de la tarde, en medio de grandes ovaciones.

El Correo de Guipúzcoa, 15 de marzo de 1909

FOOT–BALL


El match de ayer

El tiempo se ha propuesto, por lo visto, no consentir que presenciemos ninguno de los «matchs» de «foot–ball» que se anuncian pero nuestros jugadores, que en eso de la valentía no tienen rivales, se ríen de los propósitos del tiempo, y los que en valentía hacemos «pendant» con ellos, podemos dar satisfacción a nuestras aficiones sportivas, presenciando los «matchs» aunque estos se nos sirvan pasados por agua.

Prueba el interés enorme que habla despertado el partido anunciado para ayer entre los primeros equipos del Stade Bordelaise y el del C. F. B. C. de nuestra ciudad, el aspecto que ofrecía el velódromo a pesar del verdadero diluvio que trasformó el campo en laguna dónde podían navegar todos los yates de nuestra matrícula.

En las tribunas y en el lugar destinado a «entrada general» había muchísimo público, que antes de dar comienzo el match hacia comentarios acerca del probable resaltado del mismo.

A la hora anunciada, cuatro menos cuarto, el «referée» señor Ortega da la señal para comenzar.

El partido

Sale Burdeos que ataca con gran entusiasmo, domina un instante, pero el pelotón pasa al dominio de nuestros delanteros que, después de una preciosísima combinación centra Rodríguez, intenta parar la pelota el portero Bordelais, pero cargado por nuestros delanteros entra en el goal, apuntándose el primer tanto a favor del equipo donostiarra.

Vuelve a salir Burdeos y el pelotón se ve tan pronto en uno como en otro campo. Los delanteros del Stade se combinan admirablemente, logrando llevar la pelota hasta nuestra puerta y aunque Bea la defiende con gran coraje, Bordelais se apunta también su primer goal, quedando empatados a uno.

Mac Guinness, el famosísimo delantero de nuestro team, se retira cojeando por efecto de un fuerte golpe en una de las piernas, y los donostiarras tan solo con cuatro delanteros bombardean el goal francés, pero Verdier para todo.

Hay un momento preciso en que el pelotón rueda a un metro do la puerta guardada por el Stade. Los jugadores, apelotonados atacan y se defienden bravamente, hasta que el portero bordelais logra salvar la situación lanzande la pelota a la mitad del campo y dando fin al primer medio tiempo, empatados los dos eleven a uno.

Reanudado el match sale San Sebastián que ataca con más bríos, bombardeando el goal bordelais un buen rato, pero Verdier para todo admirablemente ganando una ovación.

Se lleva el balón, que pasa á nuestro campo y apoderándose de él la línea de delanteros del Stade, logró marcar el segundo goal a favor de Burdeos.

Los donostiarras se hallan dispuestos a no dejarse vencer, y se crecen considerablemente. Los delanteros se combinan de modo admirable y Mac Guinness «shota» pero Verdier para el pelotón que escapa de sus manos merced a una carga de Rodríguez y Lacort se apunta el segundo tanto para nuestro equipo.

Nueva combinación de nuestros delanteros sirve para apuntarse un tanto más San Sebastián. Los donostiarras atacan con enormes bríos. El pelotón pasa de uno a otro delantero con precisión matemática y un soberbio «shot» de Simmons otorga a San Sebastián el cuarto goal.

Ataca de nuevo nuestro team, marea Arrillaga admirablemente desde un extremo y mete Rodríguez el quinto y último para los donostiarras, terminando el match con la victoria de éstos por cinco «goals» a dos.

Al final del partido el capitán del Stade Bordelais señor Lucas, dió un entusiasta viva a nuestro equipo, que fué contestado por nuestros jugadores y público con vivas a los bordeleses.

Cómo jugaron

El equipo del Stade Bordelais, era infinitamente superior al que jugó anteriormente en nuestra ciudad y su linea de delanteros venía reforzada con los tres mejores jugadores del «Trefle á Quatre» de Burdeos.

Los once jugadores que constituian el equipo lucharon admirablemente y con sin igual entusiasmo, viéndose en ellos que traían deseos do sacarse la espinilla.

El campo estaba on pésimas condiciones y ello dio lugar a que usos y otros sportmen no pudieran desarrollar todo su juego.

La linea de delanteros del Stade, siempre divinamente colocada y combinándose muy bien, es la mejor que se ha presentado en nuestro campo a luchar con el «team» donostiarra.

Las defensas son también excelentes y entre ellas sobresalieron nuestro compatriota el medio Echeverría que jugó lo indecible, el «back» Wright y el goal Vertier que estuvo toda la tarde colosal.

Nuestro equipo, principalmente, en la primera mitad del partido, no jugó con los entusiasmos de otras veces. El pelotón completamente mojado hacia dirección en los pies de los jugadores y estos no podian desarrollar su precioso y lindo juego de combinación.

Mac Guinness, el excelente delantero, estaba siempre cercado por dos o tres jugadores franceses, siéndole imposible, por efecto de las terribles cargas de que era objeto, hacer ninguna de sus soberbias salidas.

Los bordeleses, comprendiendo que en él estaba el punto más peligroso, trataron de inutilizarlo y de una de las cargas salió con un terrible golpe en una de las piernas, golpe que lo obligó a abandonar el campo, jugando luego con grandes molestias.

El equipo se creció considerablemente cuando se hizo cargo de que llevaban la peor parte y todos los jugadores que componían el team, atacaron con enormes bríos, no cesando desde entonces el bombardeo al goal bordelés.

El capitán Miguel Sena que jugó mucho y bien, tuvo el santo de espaldas, pues no logró marcar un solo goal, a pesar de haber tirado en varias ocasiones en que dio la pelota en el palo.

Rodríguez jugó excelentemente y otro tanto diremos de Alfonso Sena y Arocena.

Arrillaga tuvo una de sus mejores tardes, lo mismo que Usandizaga cuyo juego serio y frío desconcierta siempre al contrario.

Bea, soberbio en la defensa. Hizo excelentes salidas y salvó de modo admirable pelotas dificilísimas.

Lacort, como siempre, haciendo diabluras con la pelota, y Simmons, principalmente en el último tiempo, admirable.

El match resultó interesantísimo y de haberse portado mejor el tiempo, hubiéramos presenciado un partido soberbio, pues Burdeos, vino decidido a por el desquite y nuestro team era excelente de verdad.

El Pueblo Vasco, 15 de marzo de 1909

De «foot–ball„

Ayer tuvo lugar en el velódromo de Atocha el anunciado «match» internacional, entre el «Stade Bordelais N. Club» y el «Ciclista Foot–Ball-Club», organizado por este último.

El partido se hacía sumamente difícil dadas las malas condiciones que presentaba el campo, pues debido a lo mucho que ha llovido estos días, estaba todo lleno de charcos.

A las cuatro menos cuarto hora en que debía comenzar el «match», cayó un fuerte aguacero, por cuyo motivo no empezó hasta después de las cuatro.

A la hora dicha y ante un público bastante numeroso, dio principio el partido.

Los donostiarras comenzaron con mucho brío, más los Burdeos tampoco les iban en zaga; hubo momentos en que parecia iban e dominar los franceses quienes tenían sobre los nuestros la ventaja de formar un equipo de más fuerza, y la de estar, al parecer, más acostumbrados a jugar en semejantes condiciones; pues el número de caídas de los franceses era mucho menor que de los españoles; pero en cambio los donostiarras sobrepujaban a los primeros en maña y destreza, lo cual dio por resultado el que fuera suyo el triunfo.

El primer goals lo ganó el inglés Mac Guinness con la ayuda del señor Rodríguez (ambos pertenecientes al equipo español), enseguida el primero a la enfermeria, en donde fue asistido por el médico señor Celaya, quien le apreció una fuerte contusión en la pierna derecha, sufrida á consecuencia de una patada recibida durante el partido: más no se desanimó por esto el señor Mac Guinness, sino que enseguida volvió al campo a fin de ayudar a sus compañeros.

El segundo goals, fue el más bonito de la tarde y también el más largo: después de ruda pelea, en la que abundaron las caídas y resbalones, consiguen los franceses, por medio señor Ribot, hacer un goals, quedando por consiguiente a 1 iguales.

Enseguida vuelven a comenzar la lucha, siendo suspendida al poco tiempo por haber pasado ya el tiempo reglamentario.

Pasados unos quince minutos de descanso, sacan de nuevo el valón, para continuar el partido.

Al poco tiempo, el señor Arignac, aprovechando una caída del portero señor Bea, logra apuntar otro goals para el equipo francés.

El público anima a sus paisanos, para que no se dejan vencer por sus contrincantes, y aquellos entrando con más empeño en la refriega, consiguen, después de un corto peloteo, apuntarse el segundo goals, que como el primero, lo metió también el señor Mac Guinnees.

Desde este momento, los españoles se hacen dueños del campo, pues en muy poco tiempo consiguen hacer otros tres goals más, advirtiendo que el primero de ellos, fue el más notable de la tardo, pues lo ganó el señor Rodríguez estando estando en el suelo y dando una patada al valón en el momento en que éste le pasaba por encima.

Entonces el público tributó al señor Rodríguez los más calurosos aplausos, como premio a su labor y habilidad.

El siguiente goals lo ganó el inglés Simmons, que también formaba parte de nuestro equipo, y el último de la tarde lo hizo el señor Rodríguez.

El resultado del «match» fué por consiguiente cinco «goals» «Ciclista Foot–Ball-Club», por dos «goals» «Stade Bordelais N. Club».

En el momento de hacer el señor Simmons el sexto «goals» de la tarde, los señores Arocena y Rodríguez cayeron por el suelo, sufriendo a consecuencia del golpe un fuerte calambre y siendo necesario que al señor Arocena le asistiera el médico señor Celaya: ésto no impidió al señor Arocena para seguir jugando como tampoco al señor Rodríguez.

Entre los del equipo de San Sebastián se distinguieron todos los delanteros, especialmente los señores Rodríguez, Mac Guinnes y Soacart; los medios señores Puente y Usandizaga; el zaguero señor Sena y sobre todo el portero señor Bea que supo defender muy bien la entrada y paró pelotas muy difíciles.

De los franceses se distinguieron los delanteros señores Ribot y Airignac; el medio señor Echeverría, que fue el que más trabajó; el zaguero señor Soucas y el portero señor Verdier.

El tiempo fue malísimo pues durante casi todo el partido estuvo lloviendo y las condiciones del campo como hemos dicho antes no podían ser peores, lo cual no fue obstáculo para que salieran victoriosos los de San Sebastián.

El público aguantó a pie firme la fuerte e incesante lluvia y al final prorrumpió en vivas y aplausos a los vencedores.

La Constancia, 15 de marzo de 1909

FOOT–BALL


El partido de ayer

Decididamente el tiempo le ha declarado la guerra al Ciclista Foot Ball Club; ¿qué delito habrá cometido esta sociedad deportiva para que se le corresponda de esta manera?

El que quiera saber con toda certeza el tiempo que hará mañana no tiene más que preguntar ti hay anunciado algún partido de «foot ball».

A pesar de no haber cesado la lluvia en todo el día, los jugadores decidieron llevar a cabo el «match», y los buenos aficionados bien provistos de impermeables y paraguas se dispusieron a presenciarlo.

El partido resultó emocionante y competido a pesar del resultado, dominando ligeramente San Sebastián.

A causa del mal estado del terreno, los dos equipos perdieron muchas ocasiones de marcar goals.

Los resbalones y caídas eran frecuentes.

El público aplaudía con entusiasmo las preciosas jugadas de uno y otro equipo y se oían con frecuencia los «bravos», «adelante San Sebastián», «carga Chomin», etcétera, etc.

En fin, nadie se acordaba que llovía a cántaros: tal era el entusiasmo del público.

El partido, como hemos dicho resultó reñidísimo, demostrando el equipo donostiarra superioridad, sobre el bordelés y de una manera patente en los diez últimos minutos que desplegó con energía el ataque, consiguiendo marcar nuestro equipo tres goals en este corto tiempo.

En innumerables ocasiones San Sebastián se encontró frente al goal adverso, pero el estado del terreno impedía hacer jugadas rápidas, resultando por esto un amontonamiento de jugadores, motivo por el cual la pelota salía fuera.

El equipo de San Sebastián, a pesar de ser más fuerte que el anterior, no lo demostró tanto sobre el terreno, pues los jugadores se mostraron muy apáticos principalmente en la primera mitad, aun cuando lo compensaron en la segunda parte del partido y sobre todo en los últimos momentos. Sin duda ninguna era debido al estado del tiempo.

Lacort (que recibió merecidas salvas de aplausos por sus preciosas jugadas y travesuras) muy bien entendido con el inteligente jugador Miguel Sena (que estuvo hecho un valiente) hicieron jugadas preciosas que merecieron verdaderas ovaciones.

Lástima que al último no le ayudase el terreno que pisaba, resbaladizo y lleno de agua, pues en muchas ocasiones paso en graves aprietos al goalkeeper enemigo.

Mac Guinness empezó muy bien, como siempre; pero, a consecuencia de un golpe, no pudo continuar con los mismos bríos y otro segundo golpe recibido en el pie, poco después, hizo que abandonara la lucha por veinte minutos quedando la línea de ataque reducida a cuatro jugadores.

Simmons, jugador inteligente y sereno como pocos, estuvo toda la tarde repartiendo muy bien el juego, sobre todo en el momento que ocupó el centro.

Arocena de back, muy bien; defendió admirablemente, valiente y seguro. Cuando se entienda con Alfonso Sena formarán una pareja invencible.

Bea admirable, sobre todo en la primera mitad, que salvó al equipo de verdaderos trances haciendo preciosas salidas y unicamente desgraciado, si así se puede llamar, en momentos imposibles de impedir el goal por resbalar cuando pretendía salvarlo.

Rodríguez inmejorable, ganándose justas ovaciones, tanto en el juego interior como en el exterior, estuvo continuamente llevando el balón hasta el extremo del campo, rematando siempre con un buen centro, que muchas veces no eran aprovechados por el dichoso piso.

Arriaga, otro de las héroes, valiente como siempre. A este no le arredran las catedrales. Se mete siempre con arrojo, hasta tal punto, que los enemigos no se atreven a ponerse muy cerca de él. Ayer hizo más bien el juego de defensa que de ataque.

Usandizaga, algo apático en la primera mitad, como todos los jugadores en general; en cambio, superior en la segunda, repartiendo muy bien el juego a los delanteros.

Debe acostumbrarse más a usar del pie izquierdo, lo que podrá conseguir fácilmente con un poco de entrenamiento.

Ruete se nos mostró como un excelente jugador de defensa, sumamente trabajador y valiente. Su juego de ataque no resulta tan preciso. Cuando llegue a dominarlo será un jugador extraordinario.

Alfonso Sena, como siempre, igual, seguro y hábil a pesar de la dificultad que ofrecía el terreno para hacer filigranas. Las hizo sin embargo dando al balón en cualquier posición y enviándolo siempre al sitio preciso.

El equipo bordelés jugó mucho mejor y con mas energía que la última vez. Tanto es así que momentos antes de terminarse el partido aún se ponía en duda el resultado. Gracias á que nuestro equipo despertó y supo arrollarlos, pues si no contaría hoy la primera derrota llevando como llevaba un goal de ventaja el equipo bordelés 20 minutos antes de terminarse el partido.

En este equipo el héroe de la tarde fue nuestro paisano Echeverría que sostuvo toda la carga del equipo, pues al mismo tiempo que repartía el juego a sus delanteros no descuidaba por un momento a los interiores del equipo de San Sebastián anulando continuamente sus jugadas, gracias a las asombrosas intercepciones que hacia de los pases que a ellos se dirigían. Es un jugador admirable; así como suena.

Los delanteros eran mejores que los de la otra vez. Hicieron un juega de combinación muy rápido y bonito, entendiéndose muy bien con sus medios, que les ayudaron macho.

Los backs jugaron admirablemente, haciendo una defensa heroica en ambas ocasiones.

En el resto del equipo sobresalió el goal keeper Mr. Creuzan, valiente como él solo. No le arredraban ni le hacían desfallecer los continuos ataques, que, por cierto, no fueron flojos; defendía su goal como el mejor soldado su bandera; fue justísimamente aplaudido en mochas ocasiones. Al terminar el partido era ovacionado por donde pasaba. En varias ocasiones fue arrollado par los de San Sebastián, cayendo debajo de dos o tres.

El doctor Celaya tuvo que friccionar a Arocena y a Mac Guinness, al primero por un fuerte calambre y al segundo por un golpe en un pie.

El público salió satisfechísimo pues fue un partido de emociones y de jugadas magníficas.

Y ahora se prepara para el día 25 un partido extraordinario, que ha de hacer época, con un famosísimo equipo del extranjero.

S. S.

La Voz de Guipúzcoa, 15 de marzo de 1909